Poco se puede añadir de una de las ciudades más visitadas de todo el mundo. La foto está realizada en agosto de 2013 en una callejuela cercana a la plaza San Marcos. Y es una de las muchas ventanas que fotografié ese día. Venecia es todo un filón.
Venecia me transmite decadencia y antigüedad. Y es ese precisamente parte de su encanto. El implacable paso del tiempo hace estragos sobre cada una de las fachadas y las convierte en partes de un todo. Y ese todo es la ciudad romántica por excelencia.
Cada rincón puede ser único. Te sientes el descubridor del canal más bonito, del edificio más singular, del restaurante más auténtico. Venecia es amable, es color, es ruido, es poesía.