Si algo me impresionó de mi reciente visita a Las Hurdes fue su arquitectura negra tradicional. Esas pequeñas casas en las que las piedras se unen unas a otras hasta confundirse con el paisaje que las rodea. Las localidades de El Gasco y Riomalo de Arriba son perfectas para conocer las casas tradicionales de la comarca altoextremeña. Pizarra, esquisto, barro y madera nos dan paso por sus estrechas callejuelas.
Un ambiente gris y lluvioso me acompañó durante todo el día, pero las calles desiertas me recibieron dispuestas a mostrar su mejor cara para mi cámara. Los pocos lugareños con los que me crucé, aunque no duraron en responder amablemente a mis preguntas, no vieron con buenos ojos la cámara de fotos y huyeron rápidamente para no salir inmortalizados en las imágenes. El ‘estigma de Las Hurdes’ siempre presente.
Riomalo de Arriba
La despoblación de toda la comarca amenaza a pequeñas poblaciones como Riomalo de Arriba, que con menos 11 habitantes censados en 2013 corre peligro de abandono. Este hecho no pasa desapercibido en algunas de sus calles, con casas verdaderamente ruinosas. Sin embargo, a mi me pareció que tenía un encanto especial que no volví a encontrar en otros pueblos. La niebla y la lluvia, unidas a ese aspecto decadente y fantasmal, quedarán grabados en mi memoria. Sin duda un lugar al que tendré que volver.
El Gasco
El Gasco es otro de los puntos claves si quieres ver una alquería bien conservada. Esta localidad atrae mucho turismo por una espectacular cascada cercana, el Chorro de la Miacera, y otros atractivos naturales. Y eso se nota. Es imprescindible recorrer lo máximo posible sus calles, ya que disfrutarás de un conjunto de casas tradicionales mucho mejor conservadas. A mi me pareció una verdadera maravilla.
No son las únicas poblaciones donde disfrutar de la arquitectura negra de Las Hurdes. También se pueden visitar otras localidades como Las Erías, Aceitunilla, El Ladrillar y Ovejuela, entre otras. En la página de Turismo de la Mancomunidad de Las Hurdes podrás informarte con mayor precisión de todos los detalles que te ofrece la comarca.
Sólo 32 kilómetros separan estas dos bellísimas poblaciones del norte de Cáceres. Pero no os arrepentiréis de recorrerlos porque, más allá de la arquitectura negra de Las Hurdes, están repletos de miradores, ríos, cascadas y, ese paisaje donde la naturaleza y el agua dominan el terreno por completo.
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Muy bonito , en Asegur las casas con la arquitectura tradicional hurdana se caen porque nadie se ha preocupado de su conservación, es una pena .
La verdad es que sí que es una pena porque este tipo de arquitectura y el enclave en el que se encuentra es precioso. Un saludo!!!
Acabamos de volver, de ver esos fantásticos pueblos sus cascadas, la verdad una pena que algunos estén tan abandonados, pese a los esfuerzos de sus habitantes por conservarlos.
Algunos de ellos estaban mas animados gracias a los forasteros que decidimos ir a conocer esa zona.
Hola Isabel,
Efectivamente, es una pena. Pero bueno, si hay voluntad por conservar y hacer las cosas bien, todo saldrá adelante.
Un saludo y gracias por comentar